Los once soldados israelíes, de vacaciones, que asistieron a Munich (1972).
Hoy, la antorcha olímpica llegó a Japón y allí,
casualmente, los manifestantes pro-China
fueron más que los activistas pro-Tíbet.
Si los derechos humanos versan sobre la igualdad de los seres humanos
y si la democracia versa sobre el gobierno de la mayoría,
entonces los 6,500 manifestantes chinos tienen más derechos
que los 1.324 manifestantes chinos tibetanos.
Entonces, la antorcha olímpica no debe padecer disturbios,
primeramente porque representa a los Juegos Olímpicos y no a China.
En segundo lugar, si se desea castigar a China, entonces
se debería dejar de consumir bienes hechos en China,
en lugar de atacar esa antorcha.
Alguna vez, mi generación (1972) se opuso a los israelíes
que asistieron a los Juegos Olímpicos en Munich,
mientras había dos o tres mil activistas palestinos en la cárcel,
la mitad de los palestinos en el exilio y la otra mitad bajo ocupación.
Nosotros no atacamos la antorcha olímpica,
tampoco atacamos a Alemania,
tomamos a 11 atletas como rehenes,
de los cuales 9 eran soldados en activo
y los otros 2 eran soldados en reserva del ejército israelí.
Nosotros no comenzamos los disparos en München (Munich).
Fue el Mossad quien disparó primero y el resto es historia.
Hoy día, el Mossad se muestra inactivo en el tema
porque Israel le está vendiendo actualmente armas a China,
de otro modo, los sionistas apoyarían abiertamente
al estado teocrático del futuro Tíbet
contra ese estado ex-marxista.
Y, otra vez, si quieren castigar a China,
tire a la basura su:
TV a color, sus zapatos NIKE, su cámara digital,
su cepillo de dientes eléctrico, su bicicleta de montaña,
el monitor de su PC, su patineta, su lámpara de bolsillo,
la batería de su auto, sus dientes postizos,
30% de los muebles de IKEA, su calculadora,
sus playeras y calzoncillos de algodón, su árbol de Navidad de plástico,
su patín del diablo, su papel higiénico aromatizado, etc., etc.
Ing. Moustafa Roosenbloom
Consumidor pro-China
27.04.08
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