jueves, 16 de abril de 2009

El piano, la paz y el príncipe

para: piano@burro.pa

Dedicado l Sr. Saeb Erekat, Jefe negociador de la AP (Acrobacia Palestina)



Los burros no pueden tocar piano ni guitarra.



Una vez vivía un príncipe excéntrico muy rico
que tenía todo lo que deseaba.
Una vez llegó ante él un negociador por la paz
que le preguntó si algún día le gustaría
que su burro aprendiese a tocar el piano.
El príncipe aceptó este reto con el negociador.
Éste le enseñaría al burro del príncipe a tocar el piano.
El negociador por la paz aceptó este enorme reto,
pero le pidió al príncipe un monto de 5 ,000 dólares al mes
por sus servicios, además de 1,000 dólares para alimentar
al burro durante las largas y arduas lecciones de piano.
El príncipe estuvo de acuerdo.

El tiempo pasó y obviamente este burro aún estaba
lejos de la virtuosidad de Arthur Rubinstein.
Un amigo del negociador por la paz
fue a visitarlo un día y le preguntó:
“¿No sabes que ni siquiera después de 25 años de educación,
Este burro no será capaz de tocar el piano?”


El negociador por la paz respondió, mientras sonreía:
"Mi querido amigo, en 25 años, si el burro o el príncipe muere,
o incluso si muero yo, habré g6,000 dólares al mes”

Existen dos hechos biológicos
que ya han sido aprobados:
1- Los burros no pueden tocar el piano
y
2- los israelíes no pueden negociar la paz.

Y no he escuchado quejarse a ningún israelí
de que no ha llegado aún la paz.
Ahora, permanece la pregunta sobre quién morirá primero.
¿Los israelíes, Estados Unidos, o Saeb Oreikat?



Raja Chemayel
16 de Abril de 2009


NB:
Los burros no pueden tocar el piano, pero los burros pudiesen ser capaces,
eventualmente, de establecer la paz como hizo Anwar el Saddat, por ejemplo.
(Aunque no hubo paz. Sino sumisión).

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