Israel ni siquiera se presentó.
Me gustaría regresar al pasado una semana,
a Ginebra, en la Conferencia contra el racismo.
El presidente Ahmadinejad estaba por comenzar su discurso
y entonces, en ese preciso momento,
los 25 embajadores/delegados europeos
se pararon y abandonaron el recinto;
llamémoslos Grupo A.
Por otra parte,
más de 100 delegados y embajadores permanecieron
e incluso ovacionaron al presidente Ahmadinejad;
llamémoslo Grupo B.
No hace falta recordarles que el Grupo B era 4 veces
más grande que el Grupo A, pero me gustaría hacer
a un lado el tamaño de los grupos y concentrarme
más bien en la identidad histórica de cada grupo.
Si dibujamos una línea entre ambos grupos
y se paran todos los del Grupo A, de un lado
y dejamos sentados a los del Grupo B, del otro lado.
¿Qué establecemos inevitable, ineludible, irrevocable
clara, y simbólicamente?
Todas las naciones, estados y reinos que han tenido un
historial racista están en el Grupo A.
Todas las naciones, estados y reinos que han padecido
el racismo están en el Grupo B.
He sacado mi conclusión y le pido
a cada lector que haga lo mismo.
Tengan en mente un viejo proverbio:
¡Dime con quién andas, y te diré quién eres!
Raja Chemayel
28.04.09
